¿VUELTA AL FASCISMO CLÁSICO?

Hace unas semanas leí un tweet de un muchacho español – marroquí, llamado Saadad, el cuál relató cómo se vio obligado a abandonar una habitación de departamento compartido, siendo que había firmado los papeles y pagado el depósito de la misma un día antes. El problema fue que los padres de una de las que sería su compañera de piso no aceptaban que su hija viviera bajo el mismo techo con un “moro” (término despectivo para referirse a los musulmanes en España). Como la muchacha y los otros dos inquilinos eran compañeros de facultad y amigos, a Saadad no le quedó más remedio que devolver la llave del lugar y marcharse con la cabeza gacha.

Refugiados del Medio Oriente durante la crisis migratoria entre Polonia y Bielorusia

Desde que en el 2015 comenzaron a llegar refugiados de Siria, Afganistán, Iraq de a cientos de miles Europa ha comenzado a mostrar una cara que no era vista desde las décadas de los 30 y los 40, cuando todo el continente se encontraba bajo el control de regímenes totalitarios, salvo poquísimas excepciones.  La pandemia, para colmo, no ha hecho más que aumentar los discursos raciales, xenófobos y anti disidencias. Si bien cada país está atravesado por una cultura y tradiciones totalmente diferentes unas con otras, un esbozo del discurso neo fascista que crece a pasos agigantados en el continente y del cual muchas veces nosotros, los propios inmigrantes latinos, hacemos uso para tratar de “diferenciarnos”, es el siguiente:

“Somos católicos/cristianos, vestimos sin restricciones, bebemos alcohol, respetamos a las mujeres y somos igualitarios. ¿Por qué  llevas aquí casi 10 años y aún no hablas el idioma local?”

Atentados terrorista de París, 2015. Más de 100 muertos en la capital francesa por un ataque del Estado Islámico

Atentados, violaciones en grupo, criminalidad, surgimiento de guetos marginales, pandillas. Toda la prensa hegemónica ha puesto su mira en estos problemas crecientes en Europa, y el peso de la responsabilidad ha caído sobre los inmigrantes y los refugiados. Los ataques en el transporte público se están haciendo cada vez más común hacia gente de piel marrón, con rasgos arábigos, latinos y africanos. La simplificación del discurso xenófobo se ha valido de estrategias y marketing tan reduccionista que, incluso, se ha englobado a todo el espectro de los partidos de izquierda, movimientos LGTB y feministas como causantes de los problemas en los países europeos.

Frases como “La izquierda le abrió las puertas a los terroristas”, “Las feministas apoyan a aquellos que, en otros países, serían sus opresores”, “Quieren convertir a Europa en un continente musulmán y sin identidad” se reproducen cada vez con más fuerza en los discursos políticos conservadores.

Guardia costero recoge el cuerpo de Aylan Kurdi, niño sirio de 3 años que murió ahogado frente a las costas de Turquía

Recuerdo que hace unos años estaba hablando con un francés en un bar de Buenos Aires, el cual me decía que si no se expulsaba a los inmigrantes ilegales y se regulaba fuertemente la entrada al país, en unas décadas Francia se convertiría en una república islámica. Nuevamente el combo explosivo de teorías conspirativas y radicales mostrando su rostro. Sin embargo, y pese a quien le pese, el islamismo extremista ha pegado fuerte en la consciencia colectiva europea. Hoy en día atreverse a decir algo en contra de Alá, el Corán o el profeta Mohammed puede tener consecuencias tales como que un fanático religioso te apuñale en la calle o investigue sobre tu vida en las redes sociales para intentar atentar contra tu vida por ser un “hereje”.

Militantes alemanes de «Identität Bewegung», movimiento político de extrema derecha que defiende la preservación de la «raza».

Europa vive horas críticas, y un choque de fuerzas totalmente opuestas parece asomar en el horizonte. Y la culpa es de todos, desde los movimientos y partidos políticos progresistas por no querer ver el resurgir del discurso totalitario y homogéneo, hasta de los ciudadanos de a pie que, al no encontrar respuestas a sus demandas optan por elegir propuestas que se presentan como “novedosas”, pero cuyo componente ideológico y matriz político- económica ya ha sido implementada desde 1922 a 1945, y no hace falta explayarse para saber cómo terminó todo…

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